lunes, 30 de julio de 2012

El palurdismo (con "r") en televisión.


Escuchado el sábado en las noticias deportivas del telediario de la primera cadena: refiriéndose a las autoridades deportivas y al ministro Wert, María Escario dijo que "les vimos ayer". No es por ser Escario ni por tratarse de deportes; el domingo, en el anuncio de una película, se nos dijo que "la adversidad les unió". Hace años que el leísmo (como el yeísmo) se ha asentado firmemente en todas las cadenas de televisión, hasta el punto de que no recuerdo haber oído un solo "lo". Y aunque la RAE reconoce el leísmo masculino singular de persona (decisión que muchos no compartimos, pero acatamos), aquí estamos hablando de un uso en plural; también lo hallamos en ocasiones referido a animales, e incluso algún femenino, todos ellos incorrectos. El leísmo cuenta con férreos defensores, que parecen olvidar que la mayor parte de los españoles NO son leístas, y confunden el uso de la partícula "le" con el del llamado "complemento de persona" (un complemento directo regido por la preposición "a"); de ahí el uso del "le" con animales domésticos (donde la preposición "a" implica afecto) o profesiones (donde la preposición indica concreción). Este es solo un ejemplo más de la barbarie lingüística de los medios de comunicación, denunciada infructuosamente desde que yo era pequeño.
            En la misma semana tuvimos otros botones de muestra. Nada menos que en un programa de divulgación científica ("3,14", de la segunda cadena), hablando sobre la relación entre tamaño cerebral e inteligencia, la voz "en off" nos obsequió con la siguiente perla: "se pensaba que contra más grande era el cerebro (...)". Otras lindezas fueron las "especies" utilizadas en un programa de cocina, el rótulo que rezaba "neurocirujía" (con una jota y dos narices) o la "enviada espacial" a los juegos olímpicos (este último resulta hasta gracioso).
            En una época en que los SMS e Internet han minado el uso del castellano hasta el límite del desplome, la necesidad de corrección en los medios de comunicación es mayor que nunca. Yo solo era un niño cuando oí por primera vez las quejas de respetados escritores, comparando la única emisora de televisión de aquellos tiempos con el ejemplo prístino de la BBC, cuyo inglés se consideraba todo un modelo. Cuarenta años después, las múltiples cadenas y las escuelas de traductores siguen destrozando nuestro idioma de la forma más inmisericorde imaginable.
            Señores de la tele, por favor, busquen algunos lingüístas que los ayuden a corregir sus faltas.
            O déjense comprar por la BBC...

domingo, 22 de julio de 2012

El rey cazador y el ministro rezador.


Este fin de semana me he indigando ante dos noticias. Vamos con ellas.

WWF/ADENA y el rey cazador.
El sábado 21, WWF España anunciaba que retiraba la presidencia de honor de la fundación a Juan Carlos de Borbón, tras cuarenta años ejerciéndola, como consecuencia de la famosa cacería de Botswana. Fue Inma, mi mujer, quien dio en el clavo al denunciar que nunca debieron otorgársela, dado que el rey siempre ha sido cazador; pero claro, lucía muy bien tener al rey en nómina.
            Hay que darle la razón a mi cónyuge. Efectivamente, poco sentido tiene darle la presidencia de honor de una asociación ecologista a quien siempre ha demostrado una desmedida afición por las escopetas (o por las pistolas, y si no que le pregunten a su difunto hermano). Pero yo voy más allá en mi denuncia. Casi todas las asociaciones y eventos de esta España de charanga y pandereta se desviven por tener al rey de presidente (curioso oxímoron, por otra parte). Ya en 2003, durante la organización de la Reunión Nacional de Cirujanos que tuvo lugar en Valencia, protesté enérgicamente por ese motivo. ¿Qué tiene que ver Juan Carlos de Borbón con la cirugía? ¿Sabe algo al respecto? Y, si exceptuamos la trepanación con bala que le hizo al príncipe Alfonso, ¿ha operado alguna vez a alguien? Somos un país de pelotas y pelotillas, por no decir de hipócritas.
            ¡Ah, la famosa cacería! Internet se llenó rápidamente de chistes al respecto y de banderas tricolor con un elefante. Todo el país mostró su indignación por un gasto excesivo en tiempos de recesión. Y yo volví a pensar que somos tontos. A ver: si el dinero es suyo se lo puede gastar en lo que le dé la real gana; y si es un obsequio extranjero, también. El verdadero problema, en el primer caso, es por qué consentimos, en plena crisis, que la casa real disponga de una generosa asignación que le permite ese y otros dispendios, aunque ahora se la haya rebajado sin tan siquiera saber dividir (una paga extra en seis meses no es 1/14, sino 1/7, sus reales caraduras). En el segundo caso, la pregunta es por qué nuestro monarca puede aceptar obsequios, qué puede dar a cambio y por qué tiene ese poder. Una vez contestadas estas preguntas, resulta irrelevante que se gaste el efectivo en safaris, en regatas o en whisky y señoras de compañía.

Gallardón, el aborto y el sufrimiento cristiano.
La noticia de hoy domingo es que la ley que regula el aborto se modificará a la baja, dejando de reconocer como supuesto válido las malformaciones del feto. El ministro de Justicia ha afirmado que es éticamente inaceptable y que hay que proteger al no nacido.
            Obviamente estamos ante otra intromisión de la moral católica en la vida civil. Veamos: nadie aborta porque su hijo tenga orejas de soplillo o la nariz de Soraya Sáez de Santamaría. Las mujeres que toman la dolorosa decisión de abortar, al conocer la noticia de una anomalía fetal, lo hacen ante la perspectiva de una malformación realmente grave: en algunos casos se tratará de lesiones incompatibles con la vida; en otros, de incapacidades importantes que convertirán su existencia en una sucesión de padecimientos. Pero claro, hay que sufrir para ganarse el cielo, y esos niños tienen la misión de garantizarnos la salvación: el niño sufrirá todos los días de su vida, los padres verán destrozada su existencia, los hermanos se verán privados de la atención paterna y el paraíso se llenará de gozo esperando la llegada de sus almas inmortales.
            Señor Gallardón: le recuerdo que el noventa-y-largos por ciento de los abortos de este país son por motivos de salud psicológica de la madre, y la mayoría de las mujeres que han recurrido a este supuesto reconocen no haber sido visitadas por médico alguno distinto de su ginecólogo. En esta situación, podrá usted salvar su conciencia mientras las madres de fetos malformados declaran que esta situación les supone a ellas un gran sufrimiento psicológico (y en este caso será cierto y no un mero trámite picaresco). Podrá usted abrir la boca para recibir la sagrada forma sabiendo que, al menos en la letra, ha cumplido usted con su obligación moral de poner bastones en las ruedas.

lunes, 2 de julio de 2012

Concurso de relatos históricos de Hislibris


Como todos los años, con los calores y las brevas, llega la convocatoria de relatos históricos de Hislibris. Ya van por la 5ª edición, y (si la informática no me traiciona), podéis descargar las bases en este enlace.
Animaos y participad, que grandes figuras de las letras han dado su primer paso en este concurso.