Última
oferta de trabajo de una entidad pública de la Comunidad Valenciana: una
"beca" para trabajar en una institución sanitaria, dirigida a
licenciados o graduados en psicología.
Condiciones de la beca:
- Duración: 2 meses
- Jornada Completa.
- Retribución bruta total: 2.500€.
O sea, un trabajo a tiempo completo
por 1250 euros brutos mensuales. Con las retenciones correspondientes convertirán
a un licenciado en un mileurista más, que encima tendrá que estar agradecido
por la lotería de tener un empleo en los tiempos que corren. Se contrata a un
licenciado durante dos meses para trabajar sin derecho a las condiciones de su
categoría laboral. No hay que pagarle el salario previsto por convenio para la
categoría A, no genera antigüedad (ni bolsa, ni trienios), tiene fecha de
caducidad sin llamarlo despido... Y si eso es lo que se le paga a un licenciado,
que el lector calcule, en proporción, lo que puede hacerse con otros.
Esta es solo una oferta de empleo público.
Una más. A quienes se han creído la malintencionada campaña de que los empleados
públicos son unos privilegiados, les adelanto que no es una excepción. Los
derechos laborales son sistemáticamente machacados por sujetos sin vergüenza ni
ganas de encontrarla, con el supremo aval de sus contactos. Y muchos de ellos
siguen en sus puestos, al parecer sin haberse enterado de las últimas
elecciones, o apurando el tiempo que les quede en morir matando, en seguir con su perversa gestión para arrancar el último
plus de productividad y eficiencia, la última estadística que demuestre que han
ahorrado unos céntimos a costa de la explotación inmisericorde de sus empleados
o de la degradación de los servicios imprescindibles para el bienestar de sus
compatriotas. Y con esos céntimos arrancados con tiras de piel y sangre, se
marcharán de celebración con sus compinches y así podrán gastárselos en licores
o en placeres venéreos.
Ojalá acabéis todos en la calle. En
la PV74 calle. No voy a desear que sobreviváis con mil euros, porque sé que eso
no sucederá. A estas alturas vosotros, expertos en triquiñuelas, habréis
consolidado vuestro sueldo de director, subdirector, gestor, asesor o
chanchullista, y seguiréis esquilmando nuestros bolsillos hasta el fin de
vuestros días. O tendréis puesto el pie para que no se cierre la puerta
giratoria. O cambiaréis de lealtad como de chaqueta y gritaréis loas a los
nuevos cargos electos, haciendo pública manifestación de fidelidad a la nueva
causa, mientras elegís al cabeza de turco que pague por vuestros desmanes. Si deseo
que os vayáis a la PV74 calle no es por veros en una miseria que no conocéis ni
conoceréis, so chorizos, sino solo porque nos veamos libres de vuestros
designios. Aun a riesgo de que os sustituya otro igual o peor, porque a estas
alturas hace tiempo que dejé de creer que sea preferible el malo conocido, y aún
tengo la inocencia suficiente para confiar en el bueno por conocer.